domingo, 30 de septiembre de 2018

PSICOLOGÍA AMBIENTAL


PSICOLOGÍA AMBIENTAL





En las últimas décadas ha aumentado en gran medida la popularidad de la psicología ambiental, que analiza la relación entre las personas y el entorno, tanto si es natural como creado por el ser humano. En este artículo definiremos la psicología ambiental y describiremos sus principales aplicaciones y enfoques teóricos y prácticos.

¿Qué es la psicología ambiental?

La psicología ambiental es la encargada de analizar la relación de las personas con el entorno. En este caso, se distinguen dos tipos de entornos, los naturales y los creados por el ser humano. Es decir, que su campo teórico tiene carácter interdisciplinar y se focaliza en las variables conductuales y psicológicas relacionadas con nuestra interacción en los diversos ambientes que nos rodean.
Es comprensible que el interés de este campo de estudio sea máximo, puesto que la relación entre personas y medios es inseparable. Así pues, se pueden analizar situaciones como el rendimiento escolar de un niño según el aula en que se encuentre o el estado psicológico de una persona en una ciudad contaminada, por poner un par de ejemplos fáciles de entender.
Este campo psicológico trata de predecir modos en los que las variables del entorno físico van a influir en las personas. De la interacción de ambos actores se puede extrapolar un componente ético, que busca fórmulas para encontrar soluciones globales en diversos ámbitos, desde el empresarial hasta el personal.




¿Cómo se aplica esta disciplina?

Dado que cada vez el ser humano está más concienciado con el cuidado del planeta y el entorno, esta disciplina psicológica ha ganado en popularidad. De hecho, ha crecido mucho su implantación desde el punto de vista ecologista.
No obstante, también en términos de rendimiento ha crecido mucho esta clase de psicología. Hoy en día se buscan entornos arquitectónicos que promuevan ciertas conductas, como una elevada productividad, un aumento del rendimiento, un estado de ánimo más relajado, etc.
También en aspectos públicos, como la planificación urbanística, se tiene en cuenta esta disciplina. Se busca un mayor bienestar del individuo en un ambiente más sociable y cómodo. En cuanto al ámbito empresarial, como bien hemos citado anteriormente, la búsqueda de un mayor bienestar del empleado suele redundar en una elevada productividad. Así pues, también su aplicación tiene interesantes consecuencias.



Enfoques teóricos y prácticos

En la psicología ambiental coexisten distintos enfoques metodológicos y conceptuales, si bien en general resultan complementarios. Veamos cuáles son las características de estas orientaciones teórico-prácticas.

Resolución de problemas ambientales

El esquema de actuación más común en el ámbito de la psicología ambiental empieza con la identificación de problemas en un medio concreto, con frecuencia pero no necesariamente con un foco particular en el rol del ser humano. A continuación se desarrolla un plan para solucionar el problema, se aplica, se supervisa y se corrigen los errores.



Este campo se relaciona estrechamente con los movimientos que defienden el medio ambiente. Algunos de los problemas en los que se interviene de forma más frecuente son la mejora de las condiciones de vida en entornos desfavorecidos, el control de los niveles de polución ambiental en núcleos urbanos y la prevención del deterioro de bosques u otros medios.

Perspectiva de sistemas

La psicología ambiental enfocada en sistemas analiza los factores sociales y psicológicos relevantes en una zona concreta; con frecuencia se utiliza en programas de integración social. En este contexto los sistemas pueden entenderse como grupos humanos pero también incluir otros elementos que se encuentran en el mismo entorno.

Orientación espaciotemporal

Este enfoque se centra en determinar cómo influyeron determinados factores del pasado en problemas que se dan en el presente en un lugar concreto. También es habitual el análisis de la evolución de una o más variables a lo largo del tiempo, como sucedería al estudiar la relación entre la densidad de población y la contaminación del aire.

Enfoque interdisciplinar

Los conocimientos y métodos de la psicología ambiental se integran con los de muchas otras disciplinas, tanto dentro de la psicología como fuera de esta. Así, podemos destacar la relación de este campo con la psicología organizacional, la cognitiva o la del desarrollo, además de con la la arquitectura, el diseño de interiores, la sociología, la economía o la política.



Análisis de factores sociales y psicológicos

Suele ser usada con frecuencia en programas de integración social. Se debe a su capacidad para analizar factores psicológicos y sociales en zonas concretas. También puede incluir otros elementos de un entorno en particular.


Influencia del pasado

Otro enfoque habitual de esta disciplina se relaciona con la influencia de factores pasados en problemas actuales en un lugar concreto. Se analiza la evolución y las variables durante un tiempo para estudiar la posible relación.
“Una de las penas de una educación ecológica es que uno vive solo en un mundo de cicatrices”.



Enfoques interdisciplinares

También encontramos un enfoque interdisciplinar, ya que se suelen integrar con otros campos de estudio, como la psicología cognitiva, del desarrollo o incluso organizacional. Como ya hemos comentado, se utilizar para el diseño, la arquitectura, la economía, la planificación, la política, etc.
No cabe duda de que esta es una disciplina tan desconocida como apasionante. Los seres humanos somos producto de un planeta que nos ve nacer y morir. De ahí que nuestra relación con el ambiente y el entorno sea básica para definirnos como especie.

Actitudes y creencias relacionadas con el medio ambiente

Otro dominio conceptual relacionado con el enfoque de la conducta dependiente del medio ambiente, establece la necesidad de estudiar la manera en que ciertas expresiones del comportamiento permiten predecir formas de interacción del hombre con su entorno. Un ejemplo de ello es la consideración de las actitudes hacia el medio ambiente.
Entendemos por actitud hacia el medio ambiente al proceso mediacional que agrupa un conjunto de objetos de pensamiento en una categoría conceptual capaz de evocar un patrón de respuestas valorativas (Eagly y Chaiken, 1992). Consiste entonces, en una valoración del contexto natural que predispone acciones relacionadas con dicho objeto.
La investigación de las actitudes hacia el medio ambiente se ha ocupado generalmente de cuatro aspectos claramente identificables: la definición teórica y empírica del concepto, el grado de implantación del comportamiento pro ambiental en la sociedad, la relación entre interés por el medio ambiente y el comportamiento responsable y el cambio de actitudes (Hernández e Hidalgo, 1998). De todos ellos, el que ha merecido mayor consideración es este último, favorecido por una inusitada proliferación de instrumentos de medida y por un creciente interés por la medición de actitudes hacia el medio ambiente.
Al presente, sin embargo, de la revisión de la producción científica en esta materia, resulta evidente que la exploración de la relación entre actitud y conducta sigue sin arrojar resultados concluyentes, pese a que constituye el meollo del estudio de las actitudes, por lo que este tema deberá en el futuro recibir mayor atención.


Algo parecido acontece con la relación entre conducta responsable y creencias. Se presume que un sistema de creencias dado estaría en condiciones de forjar patrones de respuesta particulares tanto a favor como en contra de la conservación ambiental. Así, un grupo social que atribuya al entorno natural propiedades sobrenaturales con intencionalidad y capacidad de castigar o premiar según el comportamiento expresado, muy probablemente asumirá actitudes respetuosas o responsables.

Las corrientes conocidas como "antropocentrismo" y "ecocentrismo", expresan claramente creencias que sitúan al hombre y los grupos que los soportan, como defensores de un sistema de valores, donde en el primer caso el ser humano se erige como el centro del universo y rey de la creación, lo que condiciona patrones de conducta que supeditan la naturaleza a los deseos, intereses y caprichos del hombre. Por el contrario, el ecocentrismo supone la creencia de que el hombre hace parte del conjunto natural como uno más de los elementos del ecosistema sin considerarse por lo tanto, el más importante. En consecuencia, es de esperar de quienes comparten este sistema de creencias, un comportamiento cualitativamente diferente. Este es sin duda otra área de trabajo muy poco explorada y que depara por lo mismo, sorpresas sin límites.
Como pudo verse a lo largo de estas páginas, la psicología ambiental constituye una interdisciplina llena de promesas conceptuales y empíricas para quienes están dispuestos a trascender las tradicionales áreas de conocimiento y aplicación de la psicología e incursionar en el estudio de relaciones nuevas ofrecidas por otras disciplinas próximas a la nuestra con las cuales establece la función de interfase.

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