PSICOLOGÍA AMBIENTAL
En las últimas
décadas ha aumentado en gran medida la popularidad de la psicología ambiental,
que analiza la relación entre las personas y el entorno, tanto si es natural
como creado por el ser humano. En este artículo definiremos la psicología
ambiental y describiremos sus principales aplicaciones y enfoques teóricos
y prácticos.
¿Qué es la psicología ambiental?
La psicología
ambiental es la encargada de analizar la relación de las personas con el
entorno. En este caso, se distinguen dos tipos de entornos, los naturales y
los creados por el ser humano. Es decir, que su campo teórico tiene carácter
interdisciplinar y se focaliza en las variables conductuales y psicológicas
relacionadas con nuestra interacción en los diversos ambientes que nos rodean.
Es comprensible
que el interés de este campo de estudio sea máximo, puesto que la relación
entre personas y medios es inseparable. Así pues, se pueden analizar
situaciones como el rendimiento escolar de un niño según el aula en que se
encuentre o el estado psicológico de una persona en una ciudad contaminada, por
poner un par de ejemplos fáciles de entender.
Este campo
psicológico trata de predecir modos en los que las variables del entorno
físico van a influir en las personas. De la interacción de ambos actores se
puede extrapolar un componente ético, que busca fórmulas para encontrar
soluciones globales en diversos ámbitos, desde el empresarial hasta el personal.
¿Cómo se aplica esta disciplina?
Dado que cada
vez el ser humano está más concienciado con el cuidado del planeta y el
entorno, esta disciplina psicológica ha ganado en popularidad. De hecho, ha
crecido mucho su implantación desde el punto de vista ecologista.
No obstante,
también en términos de rendimiento ha crecido mucho esta clase de psicología.
Hoy en día se buscan entornos arquitectónicos que promuevan ciertas
conductas, como una elevada productividad, un aumento del rendimiento, un
estado de ánimo más relajado, etc.
También en
aspectos públicos, como la planificación urbanística, se tiene en cuenta esta
disciplina. Se busca un mayor bienestar del individuo en un ambiente
más sociable y cómodo. En cuanto al ámbito empresarial, como bien hemos citado
anteriormente, la búsqueda de un mayor bienestar del empleado suele redundar en
una elevada productividad. Así pues, también su aplicación tiene interesantes
consecuencias.
Enfoques teóricos y prácticos
En la psicología
ambiental coexisten distintos enfoques metodológicos y conceptuales, si bien en
general resultan complementarios. Veamos cuáles son las características de
estas orientaciones teórico-prácticas.
Resolución de problemas ambientales
El esquema de
actuación más común en el ámbito de la psicología ambiental empieza con
la identificación de problemas en un medio concreto, con frecuencia pero
no necesariamente con un foco particular en el rol del ser humano. A
continuación se desarrolla un plan para solucionar el problema, se aplica, se
supervisa y se corrigen los errores.
Este campo se
relaciona estrechamente con los movimientos que defienden el medio
ambiente. Algunos de los problemas en los que se interviene de forma más
frecuente son la mejora de las condiciones de vida en entornos
desfavorecidos, el control de los niveles de polución ambiental en núcleos
urbanos y la prevención del deterioro de bosques u otros medios.
Perspectiva de sistemas
La psicología
ambiental enfocada en sistemas analiza los factores sociales y psicológicos
relevantes en una zona concreta; con frecuencia se utiliza en programas de
integración social. En este contexto los sistemas pueden entenderse como grupos
humanos pero también incluir otros elementos que se encuentran en el mismo
entorno.
Orientación espaciotemporal
Este enfoque se
centra en determinar cómo influyeron determinados factores del pasado en
problemas que se dan en el presente en un lugar concreto. También es
habitual el análisis de la evolución de una o más variables a lo largo del
tiempo, como sucedería al estudiar la relación entre la densidad de población y
la contaminación del aire.
Enfoque interdisciplinar
Los
conocimientos y métodos de la psicología ambiental se integran con los de
muchas otras disciplinas, tanto dentro de la psicología como fuera de esta.
Así, podemos destacar la relación de este campo con la psicología
organizacional, la cognitiva o la del desarrollo, además de con la la
arquitectura, el diseño de interiores, la sociología, la economía o la
política.
Análisis de factores sociales y psicológicos
Suele ser usada
con frecuencia en programas de integración social. Se debe a su capacidad
para analizar factores psicológicos y sociales en zonas concretas. También
puede incluir otros elementos de un entorno en particular.
Influencia del pasado
Otro enfoque
habitual de esta disciplina se relaciona con la influencia de factores
pasados en problemas actuales en un lugar concreto. Se analiza la
evolución y las variables durante un tiempo para estudiar la posible relación.
“Una de las
penas de una educación ecológica es que uno vive solo en un mundo de cicatrices”.
Enfoques interdisciplinares
También
encontramos un enfoque interdisciplinar, ya que se suelen integrar con
otros campos de estudio, como la psicología cognitiva, del desarrollo o
incluso organizacional. Como ya hemos comentado, se utilizar para el diseño, la
arquitectura, la economía, la planificación, la política, etc.
No cabe duda de
que esta es una disciplina tan desconocida como apasionante. Los seres humanos
somos producto de un planeta que nos ve nacer y morir. De ahí que nuestra
relación con el ambiente y el entorno sea básica para definirnos como especie.
Actitudes y creencias relacionadas con el medio
ambiente
Otro dominio
conceptual relacionado con el enfoque de la conducta dependiente del medio
ambiente, establece la necesidad de estudiar la manera en que ciertas
expresiones del comportamiento permiten predecir formas de interacción del
hombre con su entorno. Un ejemplo de ello es la consideración de las actitudes
hacia el medio ambiente.
Entendemos por
actitud hacia el medio ambiente al proceso mediacional que agrupa un conjunto
de objetos de pensamiento en una categoría conceptual capaz de evocar un patrón
de respuestas valorativas (Eagly y Chaiken, 1992). Consiste entonces, en una
valoración del contexto natural que predispone acciones relacionadas con dicho
objeto.
La investigación
de las actitudes hacia el medio ambiente se ha ocupado generalmente de cuatro
aspectos claramente identificables: la definición teórica y empírica del
concepto, el grado de implantación del comportamiento pro ambiental en la
sociedad, la relación entre interés por el medio ambiente y el comportamiento
responsable y el cambio de actitudes (Hernández e Hidalgo, 1998). De todos
ellos, el que ha merecido mayor consideración es este último, favorecido por
una inusitada proliferación de instrumentos de medida y por un creciente
interés por la medición de actitudes hacia el medio ambiente.
Al presente, sin
embargo, de la revisión de la producción científica en esta materia, resulta
evidente que la exploración de la relación entre actitud y conducta sigue sin
arrojar resultados concluyentes, pese a que constituye el meollo del estudio de
las actitudes, por lo que este tema deberá en el futuro recibir mayor atención.
Algo parecido
acontece con la relación entre conducta responsable y creencias. Se
presume que un sistema de creencias dado estaría en condiciones de forjar
patrones de respuesta particulares tanto a favor como en contra de la
conservación ambiental. Así, un grupo social que atribuya al entorno natural
propiedades sobrenaturales con intencionalidad y capacidad de castigar o
premiar según el comportamiento expresado, muy probablemente asumirá actitudes
respetuosas o responsables.
Las corrientes
conocidas como "antropocentrismo" y "ecocentrismo", expresan
claramente creencias que sitúan al hombre y los grupos que los soportan, como
defensores de un sistema de valores, donde en el primer caso el ser humano se
erige como el centro del universo y rey de la creación, lo que condiciona
patrones de conducta que supeditan la naturaleza a los deseos, intereses y
caprichos del hombre. Por el contrario, el ecocentrismo supone la creencia de
que el hombre hace parte del conjunto natural como uno más de los elementos del ecosistema sin considerarse por lo tanto, el más importante. En consecuencia, es de esperar de quienes comparten este sistema de creencias, un comportamiento cualitativamente diferente. Este es sin duda otra área de trabajo muy poco explorada y que depara por lo mismo, sorpresas sin límites.
Como pudo verse
a lo largo de estas páginas, la psicología ambiental constituye una
interdisciplina llena de promesas conceptuales y empíricas para quienes están
dispuestos a trascender las tradicionales áreas de conocimiento y aplicación de
la psicología e incursionar en el estudio de relaciones nuevas ofrecidas por
otras disciplinas próximas a la nuestra con las cuales establece la función de
interfase.
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